Me aterrorizó y me fascinó ver este True Crime aunque también podía enmarcarse dentro de la categoría de documental, pero el formato de mini serie de How to fix a drug scandal, y el hecho de que hable de la terrible enfermedad del sistema de justicia de Estados Unidos, hace que me pegue más dentro de la categoría del True Crime, pero para gustos, los colores.

Menos mal que nunca me ha interesado la química
Cuando vi How to fix a drug scandal, di gracias al cielo por no haberme interesado por estudiar química en serio, y haberme decantado por las letras, porque podía haber acabado como Sonja Farak con dos de pipas.

Siento empatía por Sonia. Los drogadictos son personas que sufren y ella está sufriendo.
Luke Ryan. Abogado defensor


Historión
Es un historión de esos que jamás se le ocurrirían a ningún guionista ni siquiera a Vince Gilligan, el creador de Breaking Bad, quien, sin duda, habría sacado mucho partido al caso Sonja Farak. En 2013, la policía de Massachussets arrestó a Sonja Farak, una química que trabajaba en un laboratorio de pruebas judiciales por haber manipulado una serie de pruebas involucradas en juicios relacionados con las drogas. Fue el chispazo del inicio de un gigantesco escándalo que ponía en jaque a la Fiscalía de Massachussets y al sistema judicial norteamericano.
Con el tiempo, surgirían nuevas evidencias que probaban que Sonja había estado consumiendo parte de la droga que analizaba. Durante esa época se condenaron a 9.000 personas cuyos casos estaban relacionados con el laboratorio donde trabajaba Sonja.
Cágate, lorito.
Una chica con problemas
Me podía haber pasado a mí. Yo con el perfil adictivo de mi mente, mi tendencia a encerrarme en mi misma cuando tengo problemas y a buscar vías de escape en los paraísos artificiales, cuando tengo crisis con la depresión, podía haber acabado como Sonja. La línea que separa la legalidad de la ilegalidad es muy fina.
Entiendo a Sonja. Si una cosa me ha enseñado la vida a mi edad es que prefiero ponerme en la piel del otro porque todos vamos en un mismo barco llamado humanidad y estamos conectados, lo queramos o no.

Cuatro capítulos, me encantan los True Crimes cortos. Y cada vez soy más fan de las miniseries en ficción. La octava temporada de El cuento de la criada. Qué pereza, nena.
How to fix a drug scandal profundiza en todos los ángulos posibles del escándalo, del hecho que esa mala praxis por parte de la química podía poner en duda miles de condenas por tráfico y venta de drogas de presos que estaban en la cárcel.
Mirada compasiva
La historia mantiene el suspense. Además se cuenta con la colaboración total de Sonja. Se tiene una mirada compasiva sobre la protagonista, que yo personalmente agradezco porque un tono en plan qué malvada eres química perversa que te drogas y encima qué morro que tienes, química mala, mala porque tienes droga a tutiplén a mano, para dar y tomar, no lo hubiera soportado.
El caso es que Sonja hacía los analisis bien. La cocaína era cocaína. La heroína era heroína. La metanfetamina era metanfetamina. Esa gente no traficaba con bolsitas de azúcar. Pero la cuestión que se plantea es si se había respetado la legalidad del proceso para juzgar y condenar a esos acusados. Desde un punto de vista legal, no.

La adiccion de Sonja fue a más, como van todas las adicciones y crecen y crecen hasta trasformar el paraiso artificial en infiernbo real.

El resultado es fascinante, te quedas viendo How to fix a drug scandal hasta el final. No puedes evitar colocarte.

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El mejor True Crime de Netflix con How to fix a drug scandal.
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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.