Las relaciones entre madres y nueras nunca son fáciles. Sobretodo si la nuera es una exheroinómana como Carrie en Mare of Easttown. Lo bueno es que empatizas con ella. Se está esforzando por dar un nuevo rumbo a su vida. Sabes que es legítimo que quiera recuperar a Drew, su hijo. Es una chica que lo ha perdido todo por su adicción, malditas adicciones, como nos roban lo que más amamos, hasta a su propio hijo. A pesar de todo ello tambien sabemos que Drew, que es un niño con problemas y cierto retraso, va a estar mejor con Mare,s u abuela. Y también sabes que los que más pagan y menos responsabilidad tienen son los hijos.


Mare es una madre de la droga. Aún así Carrie, su nuera y la madre de su nieto Drew, quire recuperar a su hijo. ¿Acaso no tiene derecho? Se ha desintoxicado. Ya pero esas historias no salen bien. O sí. Carrie es áspera. Carrie está llena de dolor. Carrie quiere mucho a su hijo Drew. Carrie desea con todas sus fuerzas tener una seguna oportunidad con Drew. Carrie lo está intentando. Se ha desintoxicado de la heroína y eso no es fácil.
Carrie le grita a su suegra:
–¡Es mi hijo, maldita sea. No tuyo!
Los peores malos rollos psicológicos de Mare viene de los escupitazos verbales que le suelta Carrie en plena cara, granadas que estallan en la pisque de Mare y le hacen añicos, vuelve la resaca fuerte e infinita de la culpa.
Pero como en toda trama, con progresión dramática, se pasa de negativo a positivo y viceversa.
Y al final Carrie afrontará sus propios demonios y sus limitaciones.

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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.
3 respuestas a “Madres y nueras. Mare of Easttown”
[…] pequeño detalle de un personaje, un gesto mínimo, un hábito repetido por insignificante que sea. Mare vapeando su cigarrillo electrónico, Phoebe Waller Bridge torciendo el morro de asco y vergüenza, […]
[…] El trasfondo de la serie “Mare of Easttown” va mucho más de la investigación del asesinato de la adolescente Erin, más alla de la eterna pregunta de quién lo hizo, más allá de desenmascarar al culpable, y restaurar la paz del pueblo. Porque “Mare of Easttown” es una historia de adicción. El demonio de la adicción. […]
[…] Confieso que ver a Mare me ha liberado, yo, que veía masoquistamente el programa de DKISS “Mi vida con 300 kilos” para sentirme muy culpable y no acabar así. […]