La primera vez que vi la serie no me fijé tanto en el machismo rampante, la segunda vez un poco más y la tercera mucho más, veía machismo y racismo por todas partes como buena hija del #Metoo.

Mad Men no alaba la actitud machista, sino que narra cómo era la sociedad de la época bajo el microscopio de ese entomólogo de Nueva York, que es Matthew Weiner , y la época es ni más ni menos: finales de los 50, los 60 y gran parte de los 70. Pero el gran acierto de Weiner, creador de la serie, es que no predica sino que cuenta.

Jon Hamm no iba a ser el elegido para Mad Men, pero Weiner se empeñó. ¿Hay un Don Draper mejor que él?

En el eipsodio de la primera temporada de Mad Men, Peggy destaca entre las mujeres de la oficina a la que los hombres espían mientras beben y comen a través de un falso espejo porque hay algo en ella que va a representar el nuevo modelo de mujer, con inquietudes profesionales, que asciende socialmente respecto a la generación de sus padres, a quien se le va a dar una oportunidad, gracias a Don Draper, quien se creó su propia oportunidad laboral también como si fuera una mujer o un negro, solo que es hombre y guapo, pero en su caso le lastraban sus orígenes sociales. Freedy también se fija en el talento de Peggy, pero de forma muy esquinada y matizada como siempre sucede en Mad Men.

Resulta que Peggy es un hacha. Ella ha visto el beneficio y no el producto (…)

Ha sido como ver a un perro tocar el piano.

Freedy sobre Peggy.

Joan, la mentora rígida

Por supuesto, Peggy va a tener una ‘mentora’ en la oficina aunque sea una mentora esquinada y muy matizada como Joan Holloway, ya que Mad Men no funciona con estereotipos, o mejor dicho: se basa en ellos y les da muchos matices como dice la guionista Carmen Llano.

Joanne Holloway solo iba a estar en el piloto pero su personaje creció gracias a Christina Hendricks.

Supongo que ahora te darán vales para la cena.

Joan a Peggy

Pero al mismo Joan protege a Peggy de las ansias sexuales de Freedy.

Sin embargo, Peggy que proviene de una familia humilde de Nueva York, con orígenes religiosos, de Minnesota, y vive compartiendo piso, se llena de alegría y euforia.

Rachel, la nueva mujer

Rachel Mencken es la propietaria del negocio Almacenes Mencken pero todo el mundo, en Sterling and Cooper, se la trata como si fuera la secretaria. Rachel sufre una doble discriminación antes de que se sepa que tiene dinero y que es la clienta: por ser mujer y por ser judía.

El machismo en "Mad Men"
Rachel Menken es judía y su clientela también es judía, Don le propone que cambie las ofertas y la ropa amontonada por algo más sofisticado.

A veces tenemos opciones buenas

pero sin futuro.

Rachel a Don

El machismo es atractivo

Para los hombres. y para las mujeres criadas en un ecosistema patriarcal. Además para las otras mujeres, las mas rebeldes frente al patriarcado, resuena como una verdad. Hasta ahora habíamos visto representados los 50, los 60, los 70 en las series de forma nostálgica, con sus “cosas buenas de otra época”. Pero no de forma realista, con su racismo, su machismo, su xenofobia, sus escalas sociales más rígidas como las de ahora. Hasta que llegó Matthew Weinner.

Hay que hacer un lectura no lineal de Mad Men, ver como hacía Cheever en las urbanizaciones ideales y preciosas de las afueras en las que si cavábamos hondo había gusanos y podredumbre sin perder el buen estilo estético, pero el fondo nunca se correspondía con la forma, hay que profundizar en la incomodidad moral y el desorden de unas vidas en la que los hombres hacen lo que quieren sin culpa alguna, y las mujeres no, y pagan las consecuencias, y a lo bestia.

Por ejemplo, nos fijamos en la trama de continuidad del personaje de Peggy Olson en la primera temporada. Atención spoiler. Campbell celebra su despedida de soltero en un bar con otros hombres de la oficina y unas chicas ad hoc con los que no consigue triunfar como seductor de una noche tal y como desea, su frustración le lleva a presentarse delante de la puerta del piso de Peggy y besarla, a Peggy le gusta y sabe que va a ser un hombre casado pero lo acepta, aunque las consecuencias para ella son muy duras: se queda embarazada pero niega el embarazo, lo cual provoca el encuentro final de Don Draper con su pupila cuando le dice la famosa frase que él se ha aplicado a su propia vida:

Vive como si esto no hubiera pasado.

Puedes ver Mad Men en Amazon Prime Video.

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