
La construcción del piloto de la miniserie de HBO The White Lotus es prometedor y puede enseñarnos cómo se escribe un buen piloto. La serie empieza con un teaser a modo de gancho que capta la atención del espectador. Un hombre joven espera en la sala de un aeropuerto, unos viajeros le preguntan si está de vacaciones, el tipo contesta que de luna de miel, en el resort The White Lotus. ¿No es allí dónde ha muerto esa mujer? El tipo mira hacia el ventanal y ve cómo introducen un ataúd en la bodega del avión. Su mujer. Corte a créditos. La llegada de gente rica de vacaciones a un hotel de lujo en una isla paradisiaca. Hawai.

Lo que viene ahora es la presentación de los personajes que se hace en el barco que navega hacia la isla a través de las miradas de la hija rica y su mejor amiga, adolescentes malas y clasistas, con la suficiente mala leche como para retratar al elenco de personajes con un toque satírico e irónico.
Pronto, en la recepción de bienvenida en la isla por parte de la dirección del hotel, y una ayudante, de la que descubrimos luego que está embarazada, a la que el director critica por su desaliño y su gordura, hay más presentación de personajes y se establece el tono de la serie: comedia con toque muy mordaz, hay lucha de clases, los ricos también lloran y se aburren, y los ricos son diferentes, y no sólo porque tengan más dinero. También se establece el tono: la sátira, no es un dramón. Y el tono sarcástico a lo Todd Solondz y agudo que va a tener The White Lotus.

Los personajes son contradictorios. El director es un capullo pero también un alcohólico en recuperación, quien se da cuenta al final del episodio de lo mal que ha tratado a su ayudante cuando la chica da a luz en su propio despacho, primer día de curro y de parto. La pareja de recién casados: él es un niño rico pero quiere a su mujer aunque se obsesione hasta límites histéricos pero muy reales con la habitación que les han dado, su mujer es la más normal, una chica que no pertenece a la clase alta ni adinerada, un pez fuera del agua. Luego está la mujer con la urna con cenizas de su madre que está decaída y sufre múltiples males espirituales y físicos, y no acepta un no por respuesta cuando quiere que le den un masaje. A continuación conocemos a una familia rica pero infeliz, con la hija y su amiga, arrogantes y cómplices, que se aburren, un hijo autista al que su padre quiere arrastrar a deportes acuáticos, una madre desbordada, y un padre angustiado porque cree que padece un cáncer de testículos.
Nadie escapa al sufrimiento en esta vida aunque seas muy rico.


Lucha de clases. Por un lado los sirvientes del hotel, por otro los ricos de vacaciones que quieren satisfacer sus más mínimas necesidades porque para eso han pagado un pastón en Hawai.
Lo más interesante es que la isla no acaba siendo un paraíso, al más estilo John Cheever, los personajes no disfrutan de las habitaciones suntuosas, del magnífico buffet de desayuno ni de las aguas cristalinas del Pacífico, sino que se sienten incómodos y molestos, con un malestar mental que los deja insatisfechos. Están de vacaciones en un sitio maravilloso. Se supone que deberían estar gozando como perros, pero no lo hacen.
¿Por qué? Por un lado está el tema de las expectativas infladas, por otro la tortura mental de su mente y la comodidad a la que están acostumbrados, por otro su falta de lazos afectivos y por último las vidas tan poco naturales que viven los personajes. The White Lotus daría para todo un tratado de psicología cognitiva y un manual estoico.
Los personajes son neuróticos, miserables, despreciativos, insatisfechos. Y todas las tramas dan una horrible vergüenza ajena.
Seguiré viendo The White Lotus.
Puedes ver esta serie en HBO.


Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.
Una respuesta a “The White Lotus: un ejemplo de piloto de libro”
[…] que adoramos ver a millonarios sufrir y ahí radica el triunfo de series como White Lotus, también nos encanta que a nuestros amigos les vaya mal en lo profesional, esa es la tesis de […]