
“La directora” es una entretenida sátira académica creada por Amanda Peet, situada en una Universidad prestigiosa llamada Pembroke. Sandra Oh, quien se hizo famosa por su papel de cirujana impasible en “Anatomía de Grey”, interpreta a un profesora de inglés asiática, quien -cual pez fuera del agua-dirige el departamento de Inglés en horas bajas (nadie quiere estudiar Literatura) cuya asignatura estrella es “Escritura creativa”, donde se trata a los estudiantes como clientes (ese profesor es muy popular y atrae a muchos alumnos, ese otro es un carcamal aburrido y no atrae a ningún alumno, se tiene que jubilar y largarse) y se profundiza en memeces que se convierten en escándalos mediáticos y obligan a un profesor a marcharse, por ejemplo, cuando en una de sus clases imita el saludo nazi al hablar de Camus, quien estuvo en la Resistencia, sin ninguna mala intención pero se convierte en el chivo expiatorio del histerismo de una época banal: la nuestra.

La base de la comedia es la verdad más dolor. Amanda Peet y Amy Wayman, las guionistas, tienen la habilidad de explotar, con un clasicismo intelectual, la premisa del arte de la comedia. A Sandra Oh, una adicta al trabajo que quiere hacerlo bien en su nuevo puesto de poder, acude todo quisqui para encalomarle sus problemas, desde una anciana profesora de literatura medieval a la que sus escasos alumnos zahieren con sus críticas en internet y la han relegado al despacho mohoso del departamento de deportes al presidente de la Universidad, quien ávido de dinero de los donantes, ficha a David Duchovny como profesor de literatura. La decadencia de Occidente.

“La directora” es un efecto colateral del gran acuerdo de 200 millones de dólares que firmaron los creadores de “Juego de tronos”, David Benioff y Waiss con Netflix. Gracias a ellos, Amanda Peet ha creado “La directora”. Peet fue guionista en la serie de Sorkin “Studio 60”, y demuestra su oficio en “La directora”, que es una inteligente comedia más allá el universo adolescente, o más allá de la ironía ácida y mórbida de “After life”. Vamos, que si la veis, vais a pasar un buen rato.
Un universo original
La originalidad de “La directora” es retratar el universo blanco y carcamal de un departamente de inglés de la Universidad Pembroke (de ficción) que a veces nos recuerda a “El método Kominsky”.
El acierto de Amanda Peet es saber captar el ‘Zeitgeist’, es decir el espíritu de nuestra época, con escándalos gilipollas sobre supuestos actos de racismo, estalinismo, fascismo, en un universo privilegiado de una universidad de élite. Y ahí Amanda lo clava.
Ningún personaje desagrada, ningún personaje es un cliché, y los diálogos son chispeantes, irónicos e ingeniosos, con un toque trufado a referencias culturales que hace las delicias de los morros más finos. Sí, hay que ser un morro fino para disfrutar de “La directora”.
Puedes ver “La directora” en Netflix.


Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.