
Hace años hicieron un estudio sobre psicopatía en grandes empresas, la mía salió en segundo lugar por detrás sólo de la Bolsa. Logan Roy tiene mucho de psicópata, por lo visto su modelo real es Rupert Murdoch, el magnate de la comunicación, y mueve los hilos, hasta el final, en su mezquina familia, pero Roy Logan también es un viejo y amargado pringado, que mientras se está muriendo conectado a un respirador en el ala de lujo de un hospital, sus hijos se pelean por el dinero, y el poder que ha logrado en vida en vez de sufrir y compadecerse por él. La psicopatía en la familia.
Los hijos de Logan son cómo niños avariciosos y egoístas que quieren comerse la tarta solitos, sin compartir con el otro, y sin dejar si quiera las migajas. Su padre agoniza, y ellos en el salón, en el que esperan en la suit privada de ese hospital, se dedican a pelearse, a discutir, a sacarse los ojos -cría cuervos-para hacerse con el control de la empresa de su padre.
No disimulan. Qué triste, señor Logan, no ser amado por tus propios hijos, qué mierda el que tu progenie codiciosa y malcriada te haga vergonzosamente la pelota, sólo porque quiere quedarse con la parte más jugosa del botín familiar.
Estarte muriendo y que tus hijos se peleen por tu herencia, sin tener ni un minuto de compasión por ti, el padre enfermo que sufre a solas.
Los diálogos hirientes y ácidos de los hermanos Roy en el hospital son impagables.
-Mientras tú estás hasta el culo de cocaína, un unicornio dirigirá la empresa-dice Kendall a su hermano ex adicto.
Greg soy yo
Mientras tanto, en medio de toda esta vorágine de rapiña y buitreo, pulula un desheredado: Greg, el sobrino pobre al que el patriarca Joe prometió vagamente un trabajo antes de sufrir un ictus y entrar en coma. Ahora la familia, muy ocupada en controlar la corporación de los medios de comunicación, pasa de Greg como de la mierda.

Greg está pelado. No tiene donde caerse muerto. Está más tieso que la mojama, y huele a desesperación mientras comenta, de pasada, muy nervioso a la segunda mujer de Logan que su marido le prometió un trabajo en la corporación. Ella lo manda a casa a buscar unas zapatillas de estar por casa de Logan Roy. Greg obedece.
Greg sufre, intenta caer bien, sólo quiere un curro, no tiene ni un miserable dólar en el bolsillo. Pero es humano. Tiene alma. A los hermanos Roy se las comió un halcón al nacer.
Coge lo que es tuyo
“Coge lo que es tuyo”. Ese es el slogan de “Sucesión”. El éxito de la maldad, ese el tema de “Sucesión”. Los repugnantes juegos de poder en el seno de una familia corrompida por el privilegio. La psicopatía en la familia.

La especie humana lucha por el privilegio. La especie humana codicia el estatus y se rinde al becerro de oro desde el principio de los tiempos.
Tener más que mi hermano es el leit motif de los vástagos Roy.
Hay muchos Roy Logan en este mundo, hombres ricos y poderosos que dicen que aman a España y Perú, mientras guardan su dinero, calentito, en las Islas Vírgenes, hombres que dicen que hay que “votar bien” en democracia y dan lecciones de moral mientras son titulares de una sociedad en un paraíso fiscal.

Hombres como Mario Vargas Llosa, que quiso ser Flaubert y al paso que va, pasará a la Historia como Logan Roy en “Sucesión”.
Puedes ver “Sucesión” en HBO.

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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.