
Un círculo de traición, un mundo infernal, un averno de Dante y la familia Roy burbujeando, en su caldero de odio y ambición humana demasiado humana. En “Sucesión”, el tema es la traición. La traición vista desde todos los ángulos, ejercida por todos los personajes, cada uno a su manera, y por sus propios y espantosos motivos.
Tan malos que son entrañables
Donde las dan las toman, el viejo magnate propio de una novela de Scott Fitzgerald, sin el glamour y la pátina idealizada del escritor americano, crea una progenie que de mala y miserable y ruin, al final, se te hace entrañable.
En Los Roy hay debilidad, también una miseria moral tan acendrada, tan profunda e inevitable que deben estar en la vida número uno de las reencarnaciones y todavía les toca reencarnarse un millón de veces para progresar espiritualmente.

-Tú eres Kendall Roy. Eres el puto Kendall Roy-le dice Kendall a su propio reflejo en el espejo del baño.
Pobre Kendall. Al principio de la segunda temporada, tras la tortura emocional sufrida por sí mismo y por su propio padre, Logan Roy, ese T Rex de los medios de comunicación y del entretenimiento, está deprimido, jodidamente deprimido. Se le nota en la voz y en sus ojos vacíos y angustiados.
El viejo Rey, magnifico Brian Cox, es correoso. Es un matón. Aunque a veces juega la carta del falso sentimentalismo negociante, con maestría, como hace, con su hijo al final de la primera temporada en Inglaterra durante la boda de Shiv. Es un traidor y un traicionado, porque uno no puede traicionar toda la vida sin ser traicionado alguna vez.
Todos son unos traidores
Kendall tiene una relación peligrosa con Stewy, un listo calisto de mucho cuidado, un amigo serpiente que se alía con Kendall mientras le asegura que no es de fiar. La sonrisa débil de Kendall como reacción. ¡Oh esa sonrisa que supura miedo! Despierta mi compasión, Kendall.
Eres el personaje que más me gustas Kendall por una sola razón: eres capaz de entristecerte y ponerte melancólico. Tu hermano Roman no puede. Tu hermana Shiv tampoco. Por no hablar, del psicópata de tu padre. Esa tristeza te salva Kendall.
“Sucesión” desarrolla, con virtuosismo increíble, el alcance de la puñalada trapera intrafamiliar. Todos son unos traidores.

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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.