Vale, me da alta pereza ver “Rapa”, pero me obligo a mí misma a hacerlo porque quiero escribir un artículo sobre la serie en el blog. La historia se situa en Sierra de la Capelada, en Galicia. Una tierra antigua, de altos acantilados sobre el mar, donde los caballos viven libres. Salvo un día: el de la “rapa das bestas”. Una tradición que sintetiza lo bello y lo salvaje de un territorio por lo general tranquilo, pero que resulta ser ahora el escenario de un crimen. Buscar al asesino de Amparo Seoane, la alcaldesa de la localidad, será el objetivo común de Tomás, un profesor frustrado, y de Maite, una sargento de la Guardia Civil.

Antes una reflexión sobre la cabecera de las series españolas. Desde que se estrenó “True Detective”, las series españolas empezaron a imitar la cabecera de la ficción de Nic Pizzolatto, rostros emergentes sobre fondos de pueblos, lagunas, cadáveres que se desintegran, una canción hipnótica, carteles de carretera. Pero viendo “Rapa” me doy cuenta de su cabecera imita la intro de “Atrapados”, el thriller islandés. Qué grande. Paisajes y texturas, piel humana, en vez de cicatrices y espaldas, palma de una mano y sangre, y en sustitución de montañas y playas heladas, playas de arena gris y olas que se rizan de espuma, ojos humanos, ojos de caballo, niebla y acantilados, montes y farolas, bruma. Galicia e Islandia. Pues la verdad es que atrae.

Rapa la serie de la que todos hablan

Me sorprende la serie porque empieza con una secuencia atmósférica de niebla y monte, cielos cargados de nubes, planos desenfocados y enfocados, un clima claustrofóbico, no empieza con el típico plano general.

Luego enseguida “Rapa” me engancha porque me encantan los actores, Javier Cámara demuestra que es camaleónico y hace creíble a ese profesor de Literatura friqui y frustrado, que suelta lo primero que se le pasa por la cabeza, y también me chifla Mónica López, actriz a la que descubrí en la película “En la ciudad” de Cesc Gay. Aquí interpreta a la sargento de la Guradia Civil, Maite, que mantiene una relación esporádica de amante con Jorge Bosch, actor que interpreta al inspector jefe que viene de Madrid, otro actor que me gusta mucho.

“Rapa” me fascina. De repente, me doy cuenta de que estaba equivocada- Todo por mis malditos prejuicios hacia las series españolas.

Hay muchas cosas que me consuelan en la serie. La primera es que no se trata de una ficción truculenta, ni violenta, ni desoladora ni posapocalíptica, en la que la gente es malvada por naturaleza, y se dedica a odiar y dañar a sus congéneres. Minipunto positivo a favor de “Rapa”.

La segunda razón es que los guionistas eluden jugar sobre la pregunta ¿quién lo hizo? Muy pronto ya sabemos quién lo hizo, de hecho, el punto de vista de la asesina, (una mujer normal), está muy presente en el desarrollo de las tramas de “Rapa”. Entonces como espectadora te intriga conocer sus motivaciones, saber qué ha pasado, indagar en los porqués de semejante crimen, bucear en el pasado y encontrar las claves de asesinato de Amparo Seoane, la alcaldesa de Cedeira. Segundo mini punto positivo a favor.

La tercera razón es que importa mucho más el contexto humano que la trama detectivesca. Tercer mini punto positivo para “Rapa”.

Rapa la serie de la que todos hablan

Al evitar pivotar la trama de continuación en el quién lo hizo, nos ahorramos giros y más giros rocambolescos de muchos thrillers, muchos falsos culpables, otros tantos callejones sin salida, y un agotamiento al haber visto muchas series que siguen esta fórmula manida en la que o innovas mucho o la cagas. En “Rapa” no es el caso. Sabemos quien lo hizo desde el principio. Aunque no sabemos porqué lo hizo.

Y luego están los paisajes de Galicia, acantilados y prados, sus montes y mares hermosísimos, sus cruces frente al mar, un pueblo que acumula tanta belleza como Cedeira, con sus bares y restaurantes, su marisco, sus percebes estelares y su caldeirada, sus costumbres populares como la “Rapa das bestas”.

Rapa la serie de la que todos hablan

A continuación se encuentra Javier Cámara, que lo hace francamente bien como profesor de Literatura irónico y huérfano, que vive para leer, y que se frustra al escribir porque “se sufre mucho”. El actor encarna a Tomás, que se implica en la investigación y traba amistad con Maite, para dar un sentido a su vida y escribir una novela que nunca escribe.

La serie es maravillosa. Y nos habla de cómo se tronza la vida en un segundo, cómo la injusticia pervive y los ricos siguen siendo ricos y los pobres siguen siendo pobres, acumulando mala suerte. “Rapa” también nos habla del fracaso, de que los sueños no se cumplen y nadie consigue sus objetivos, sólo los de siempre.

El capítulo final de “Rapa” te deja un regusto agridulce a melancolía y vulnerabilidad.

En conclusión: “Rapa” es una serie súper recomendable, con un ritmo sólido y una intriga eficaz, sin estridencias. La pareja formada por Javier Cámara y Mónica López tiene química y funciona con complicidad bien hilada.

La serie nos protege y nos ampara como un gran paraguas que nos salva de la lluvia y el frío, nos consuela y reconforta, con su niebla y modismos gallegos, dejándonos con ganas de más.

¡Ojalá haya segunda temporada de “Rapa”!

Como aperitivo os dejo el trailer:

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