
“Aguas oscuras” (que puedes ver en RTVE Play gratuitamente) es un drama legal clásico que, sin embargo consigue evitar los más manidos estereotipos del género. La película tiene varias claves que hacen que funcione y me atrape en una noche de insomnio de domingo: una impresionante interpretación de Mark Ruffalo, que encarna al abogado sureño de orígenes pobretones, Rob Billot, un guión sólido y un clasicismo y estilo sobrio a la hora de narrar de Todd Haynes, un director que me encanta. Sí, es una historia de paletos, poderosos, injusticia e infancia. Aguas oscuras el mal está en el agua. El abogado arrogante de la multinacional Dupont que fabrica teflón le grita a Rob en una cena:
-¡Vete a tomar por culo, paleto!
En efecto, Rob es ‘basura blanca’, un niño que nació en West Virginia y de milagro fue a la Universidad y se hizo abogado.
El argumento te pone los pelos de punta: “Aguas oscuras” está inspirada en una impactante historia real. Un tenaz abogado (Mark Ruffalo) descubre el oscuro secreto que conecta un número creciente de muertes y enfermedades con una de las corporaciones más grandes del mundo. En el proceso arriesga su futuro, su trabajo y hasta su propia familia para sacar a la luz la verdad
Aviso a navegantes: los créditos finales te dejan sin ganas de volver a beber agua del grifo.
El guion de “Aguas oscuras” sigue los 12 pasos clásicos del viaje del héroe: invitación a la aventura, el héroe dice no a la aventura, algo pasa que le hace cambiar de idea, primeros intentos fallidos, trabaja para mejorar, crisis, punto medio, avances, punto crítico cercano a la muerte psicológica o física del héroe, se rehace y se llega a la resolución del conflicto.
Lo que me ha gustado mucho de “Aguas oscuras” es su tono realista, y su final realista y un tanto melancólico como la vida adulta de verdad.
La película tiene antológicos precedentes en films como “Erin Brockowich” y “Civil Action”, pero, lo que cuenta al final no es triunfalista, sino realista, y tanto su conflicto como su resolución te deja una punzada amarga en el alma.
La historia enhebra tragedias humanas. Y las tragedias recaen en los de siempre: los desherados de esta tierra, los mansos de corazón.
La película escapa a los tópicos más grastados gracias a Dios, Tim Robbins como jefe del bufete Tuffs no es el típico gilipollas arrogante que es muy malo muy malo sino que, tras negarse primero a que Rob coja el caso de la contaminación de las aguas por la empresa Dupont en Wst Virginia, luego lo apoya aunque perjudique losintereses del bufete.

“Aguas oscuras” tiene una historia larga y complejísimas, que Todd Haynes logra contar con secillez y maestría, sin querer imponer su estilo propio sobre la naturalidad de los hechos narrados y las personas que los protagonizan.
Todd Haynes es un director que me encanta. Creo que no está suficientemente reconocido, es más, está infravalorado, cuando Haynes ha hecho películas maravillosas como “Carol” o “Lejos del cielo” (“Far from Heaven” en inglés)
Aquí renuncia a su estilo clásico, preciosista, con ese punto de galmour y modernidad que Haynes da sobre todo a la hora de ambientar década de los años 50
Sin duda no esperamos grandes sorpresas del argumento, que está basado en un caso real y en un artículo periodístico del New York Times Magazine titulado “The Lawyer Who Became DuPont’s Worst Nightmare” de Natahniel Rich.

“Aguas oscuras” es un alegato contra el capitalismo salvaje, contra su hipocresía más lacerante que, con la mano derecha nos mata y con la izquierda nos da trabajo y patrocina eventos deportivos.
Hay secundarios de lujo, Tim Robbins, Anne Hathaway, Bill Pullman, Bill Camp. Los disfrutamos uno a uno. Mientras veo a Tim Robbins en acción, uno de mis actores favoritos, camaeleónico, capaz de interpretar a un jugador de beisbolgenial al que le falta un hercvor o un abogado curtido y jefe de un bufete como Tuffs, especializado en casos económicos que defiende a las coorporaciones.

Es una película prosaica, recia, sólida y pulcra. Me gusta mucho que Todd Haynnes no quiera lucirse ern la puesta en escena de “Dark Waters” y se ciña a contar bien el caso y sacar lo mejor de esos actores de lujazo con los que cuenta.
El guion tiene reminiscencias de la historia clásica de David contra Goliath, pero, insisto, sin exageraciones triunfalistas e irreales, lo cual, profundiza su realismo periodístico.
Y es un acierto que Rob Billot no sea un experto en química como nosotros y cuando se reune en una cafetería con un químico que suele ser testigo en juicios donde se dirimen cuestiones muy especializadas en dicha materia, se muestre como un lego. Si lo comprende él, lo comprendemos nosotros.
Para los guionistas Matthew Carnahan, Mario Correa, Nathaniel Rich, los retos son tres: bajar la historia a tierra y que todos la entendemas, sin perder el interés, mantener la tensión y no aburrir a pesar de su final.
Puedes ver “Aguas oscuras” en RTVE Play , la plataforma de Televisión Española que es gratuita. Os animo a curiosearla porque hay verdaderas joyas escondidas.

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Aguas oscuras el mal está en el agua.
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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.
Una respuesta a ““Aguas oscuras”: paletos, poderosos, injusticia e infancia”
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