
Estoy terminado de ver la serie “Hierro” y doy vueltas en mi cabeza sobre cuál sería el tema de esta ficción sobresaliente, viejos resabios de profesora de guion. De repente, a las cuatro de la mañana mientras duermo con la ventana abierta porque en Madrid hace un calor africano, me viene a la cabeza la solución: la dignidad por encima de todo.
Me suele pasar que a la cuatro de la mañana -hora telúrica en la que se muere más la gente en los hospitales- un extraño flujo de ideas explote sin avisar en mi cerebro. Entonces esos problemas y cuestiones que he estado rumiando durante el día se solucionan intempestivamente, en la quietud hermosa de la noche empapada en silencio.

El anclaje del tema de “Hierro”
Estoy enganchada a a la serie “Hierro” por dos razones que se llaman Candela y Díaz, dos personajes que me tienen enamorada porque viven bajo una máxima tan inusual en esta sociedad líquida donde todo vale, nada queda: la dignidad por encima de todo.
La jueza Candela elige amar y cuidar a su hijo Nico, que sufre parálisis cerebral y tiene pocas expectativas de vida, elige no dejarse sobornar ni presionar ni dejarse llevar por sus filias personales hacia ciertas personas de la isla a la hora de dictar sentencia. La dignidad por encima de todo. Elegir el camino menos transitado de la bifurcación que te presenta la vida.
Antonio Díaz, un malo bueno
Antonio Díaz tiene un pasado oscuro pero ha sabido reinventarse tras lo que sufrió en la primera temporada de Hierro. Más allá de los estereotipos, Díaz que nació para estar involucrado en asuntos turbios tal y como le define la jueza Candela Montes utilizándo la “Teoría de la iluminación”,es decir, una opinión de un personaje sobre otro que nos ilumina sobre su carácter, es un buen padre.

De hecho, es tan buen padre como para investigar el asesinato de Fran porque su hija, Pilar, cree que él lo mató. Y en la segunda temporada, sólo decide vender su platanera para que se construya un resort en la isla porque el hijo de Samir le amenaza con dañar a su hija y, ay, Pilar es su punto débil.
Díaz que entró en la cárcel por homicidio en la década de los 70 al matar a un bar a otro tipo,es un tío duro, firme, pero su dignidad está por encima de todo.
La importancia de la dignidad
Díaz y Candela son dos personajes complejos, opuestos, cada uno está situado en un lado de la frontera de la ley, Candela es una jueza, Díaz es un buscavidas que hace lo que sea para salir adelante, pero al mismo tiempo son personas afines, muy parecidas porque, cada uno a su manera, tiene un propio código ético inviolable y una integridad a prueba de bombas.
Yo me he enganchado a “Hierro” no por la trama, sino por los personajes. Confieso que me interesa más la trama y el mundo que me cuentan en la primera temporada que en la segunda pero la historia no es lo fundamental. Yo me estoy chutando en vena la serie “Hierro” todas las tardes-noches por la fascinación que me provocan los personajes, sobre todo por Candela y Díaz.
Candela que tanta importancia le da a su profesión, y tanto le gusta ser jueza mandona ,con carácter, pero justa, noble, nunca arbitraria, siempre sujeta a la ley sin dejarse llevar por filias ni fobias personales, redacta un cambio de destino porque su hijo Nico, que sufre una parálisis cerebral de nacimiento necesita mejor atención médica.

Puedes ver “Hierro” en Movistar.

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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.