
Las clases de la profesora de Matemáticas aka “La Pito” eran muy aburridas. Tenía a Margarita delante mía, su melena cobriza que se rizaba que me parecía un paraíso luminoso, una promesa de alegría, en medio de un olor a calcetines sucios y sudor de la clase. Margarita, envuelta en un manto de tedio, horada la mesa con su compas, letras y marcas. A mi lado está Mónica a la que le preocupa el pelo que se le electriza y encima, hace una hora, Rubén le ha insinuado en la cancha de balonmano que su pelo parece parece pelo de coño, el punto débil de Mónica, justo el comentario que le da por culo. Está profundamente herida pero no hablamos del tema.
Rubén es colega pero tiene un pico que da miedo. Nos contó a Mónica y a mí también la historia de un tío que se folló a un burro y luego no podía sacar la polla.
La profesora se difumina con su voz de catón autoritario y sus ecuaciones sin sentido que apunta con tiza blanca en la pizarra con un chirriante sonido que me da dentera. Sus manos blancas y ajadas
-Control sorpresa-suelta de repente La Pito,
-Nooooooo. No es justo.
Margarita se derrumba sobre la mesa como si le hubiera caído una bomba nuclear encima. Su manto de aburrimiento y de miedo se mezclan con la desazón impaciente que late dentro de mi, como si mi ser estuviera tan escondido que quisiera gritar para hacerse notar.
Antes de “La Pito” soltara su bombazo, estaba escribiendo: Sara y Margarita, pero Mónica lo ha visto y lo he borrado. La vergüenza ha ardido en mis mejillas. Y
Una frustración profunda, de gran calado, se adueña de mi y me dan ganas de salir corriendo, sumergirme en la ciudad, echar a andar, meterme en un bar, no volver al colegio. Mi depresión se junta con la sensación de estar alienada y la intuición de perderme la verdadera vida que bulle fuera del León XIII, lejos de mi alcance, con mi alma a la sombra, perdiéndose lo que de verdad importa.
No sé muy bien qué es lo que de verdad importa pero no está dentro del colegio León XIII, el nerviosismo que pica en mis venas me lo dice.
Margarita saca malas notas, y recibe broncas de los profesores por su abulia y su pereza, que yo secretamente celebro. Para empollona y para odiarme a mí misma. Pero sé que se equivocan. Yo sé que a Margarita le pasa algo. Algo que los adultos no son capaces de discernir, y mucho menos sus padres que tienen a Alberto, su hermano entronado como el Príncipe de Beckelar, con cabeza de oro en el gran pastel de chocolate por fuera, y veneno por dentro, de la familia Broncano.

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La maldición de aburrirse.
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Nuria Verde
Nací en Madrid, en 1971. Soy licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense. Trabajo como periodista en Televisión Española. También he trabajado como guionista en diferentes series de televisión (Cuatro, Canal +, Telecinco). Asimismo, soy autora del libro Cómo crear una serie de televisión (T&B Editores, 2007) y de la novela El verdadero tercer hombre (Ediciones del Viento).
En 2010 dirigí un corto, Terapia, que fue nominado a los Premios Goya.

Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.