
De todos los personajes de Breaking Bad, los dos mejores para hacer un spin off eran Saul Goodman, el abogado trilero y mafioso que se encarga de lavar el dinero de la droga de Walter White, y el cuñado de la DEA de White, conservador y cervecero, pero cariñoso con su mujer cleptómana. Sin embargo el primer personaje tenía una mayor progresión dramática y arco del personaje que el segundo. No hay que olvidar que Vince Gilligan, el creador de Breaking Bad y Better Call Saul, es un especialista en contarnos la historia de cómo un personaje bueno se vuelve malo, sin perder su humanidad. Así lo hizo con Walter White y así lo hace también con James MacGill.
Better Call Saul no es una serie fácil. Hay que tener mucha paciencia con esas secuencias tan largas que abren cada capítulo, pero a mi me fascina cómo los guionistas han construido el personaje de Jimmy-Saul, un metepatas trilero, un perdedor entrañable, un tipo cuestionable pero empático que se sirve de su labia para sobrevivir en un mundo cruel. Bob Odenkirk lo interpreta a la perfección y no te puedes imaginar a otro actor encarnando al mismo personaje.


El lado tierno de un fracasado
El personaje de Jimmy McGill se construye sobre la base de sus contradicciones. Por una lado es un tipo perdedor, por otro quiere salir adelante y prosperar, con métodos nada claros, por un lado es un estafador trilero, que se sirve de su piquito de oro para conseguir lo que quiere, por otro, sobre todo al principio de la serie, representa a los parias de esta tierra arrojados a su mala suerte y al turno de oficio. Por un lado es un tipo turbio que mete la pata, por otro es un novio cariñoso y romántico con Kim, la abogada de la que está enamorado. Empatizo con la angustia y frustración de Jim McGill, y me mola infinitamente más que los abogados triunfadores, unos perfectos canallas en esta serie, arrogantes y cabrones, sin el glamour falso de otras ficciones televisivas.
Voy a decirlo y podéis criticarme: Better Call Saul me gusta más que Breaking Bad, me interesa más sobre todo por una razón: las cosas que cuenta sobre el mundo me huelen más a verdad.
Jimmy McGill es un buen tío que se envilece pero nunca pierde su lado tierno. Además, su perfil humano destaca por el resto de personajes que le rodea: Hamlin, socio del bufete, un Robocop frío, su hermano Chuck, abogado de éxito, triunfador, envidioso de Jimmy y del mayor amor que su madre sentía por él, con una enfermedad mental que es la fobia a la electricidad, los mafiosos mejicanos, Tuco Salamanca and Company que ya conocíamos de Breaking Bad, psicópatas, aunque con su propio código de honor tan particular. El único personaje que está a la altura de Jimmy McGill es Jonathan Banks quien interpreta al ex policía Mike y quien también salía en Breaking Bad.
Si tuviera que confiar en un abogado, confiaría en Jimmy McGill.
Podéis ver la serie “Better Call Saul” en Netflix.

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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.