La diplomática choque cultural y malditos estereotipos

Me aburre tanto la nueva serie “La diplomática” que ha estrenado Netflix, que no paso del primer capítulo. ¡Menudo peñazo! ¡Ay, que perezón, ay, que rollaco, ay, que truño más grande, ay que dolor! Por un momento, tengo la sensación de que me estoy convirtiendo en Carlos Boyero, pero, coño, es que Carlos Boyero tiene razón en la mayoría de cosas que dice.

No me importa lo que les pasa a los personajes. Me quedo helada, en pleno sopor por la calorina, y los intrincados entresijos de una diplomacia que me importa un pepino, y encima el marido de Keri Russell me irrita mucho.

Total que dejo de ver “La diplomática”.

¿De qué va “La diplomática”? En medio de una crisis internacional, Kate Wyler, una diplomática de carrera, aterriza en un puesto de alto perfil para el que no estaba preparada, con implicaciones tectónicas para su matrimonio y su futuro político.

Me cansa tanto que ni siquiera la inercia de la bici me hace seguir con la primera temporada.

Kate es bisoña, con poca experiencia, dubitativa, y se tiene que dejar aconsejar por buen hombre negro (un diplomático enlace con La Casa Blanca, que sabe latín) Y por su señoro, que es más pesado que el ballet gallego. ¡Socorro! ¡No puedo con “La diplomática”!

Qué esteretipos de género, chicas, que festín más grande. Un señoro, (el marido de la prota) que acaba de ser embajador en otro lugar importante e interfiere constantemente con el trabaajo de su mujer.

Luego que si gestiones diplomáticas complicadísimas por aquí y por allá, y me pasa como con los entresijos financieros y las opas hostiles de “Succession”, con las que me lio más que la pata de un romano. Y pronto, desconecto de esos mundos intrincados de gestiones que no me interesan lo más mínimo.

Kate va como pisando huevos, ay no me creo que sea embajadora, ay, que fuerte, chica, y luego deja que su marido la eclipse totalmente, coño, chaval, que la embajadora es ella, no tú.

El señoro boicoteador me pone de los nervios.

Eso sí, Londres sale preciosa, en plan planos aéreos, a todo lujo y a todo trapo, carrozas, mansiones, el parlamento, Downing Street, la fiesta completa.

Pero no es suficiente.

Me da la impresión de que todo ha sido investigado y reproducido con exactitud pero no me emociona lo más mínimo.

La diplomática choque cultural y malditos estereotipos

Keri Russell está bien, el guion, para mi gusto, se gusta demasiado a sí mismo, con tanto detalle rollo marinero sobre el universo de la diplomacia a muy alto nivel.

Echo de menos “Homeland”, una serie infinitamente, echo de menos a Carrie, un pesonaje infinitamente más interesante que Kate.

En fin, que no recomiendo “La diplomática” porque es un drama político plano, simplista, y más largo y coñazo que un día sin pan. Se regodea dando vueltas y más vueltas sobre lo mismo, una y otra vez.

Hay muchas series que ver y poco tiempo de vida.

¿Dónde puedes ver “La diplomática”?

Lo mejor: Ver Londres y sus mansiones.

Lo peor: Todo lo demás.

La diplomática choque cultural y malditos estereotipos

Tienes algunas de mis novelas en Wattpad.

Si quieres curiosear más sobre mí, échale un vistazo a mi Twitter.

Si me sigues, te sigo.

Deja un comentario

WordPress.com.

A %d blogueros les gusta esto: