
–Durante mucho tiempo, me he sentido muy sola, sola aunque estuviera en una habitación abarrotada de gente. Durante mucho tiempo he sentido ese vacío. Pero ya no lo siento–dice Camille, la protagonista de “Skate Kitchen”.
Bienvenida al club.
Una mañana, mientras hago ejercicio en la colchoneta en el salón de mi casa, descubro la película “Skate Kitchen”, una joyita de 2018 oculta en la programación de TCM.
Descubro también a Camille, una chica introvertida, ensimismada, mejicana, de Long Island, cuya forma de comunicarse, integrarse, pertenecer al mundo es el skate.
Esto promete. Chicas patinadoras y una mañana de domingo recién estrenada. ¿Quién da más?
La vida de Camille, una adolescente de los suburbios, cambia repentinamente cuando conoce a un grupo de chicas que hacen skate. Según se va adentrando en esta subcultura neoyorquina, empieza a entender el valor de la amistad y a conocerse a sí misma.
Investigo sobre la película. Resulta que dio lugar a una secuela en forma de serie para HBO: “Betty”.
Dirige Crystal Moselle, con acierto, intuición y un sentido agudo para retratar a este grupo de patinadoras y las calles que las rodean, presa de un dinamismo y una pasión gozosas.

Camille quiere patinar, es feliz patinando, pero ha tenido un accidente y se ha hecho mucho daño. Su madre le pide que le prometa que deje de patinar, o la proxima vez el accidente será tan grave que no podrá tener hijos. Su madre es una mejicana de clase baja que sólo quiere que su hija estudie y no se salga de la norma. Lo del skate es algo muy raro para ella.
Pero Camille no se saca la obsesión del skate de la cabeza. Y busca, busca…y encuentra. Una comunidad de chicas patinadoras, achuladas, con un toque feministas, de barrio que se enfrentan con descaro y hosquedad a los piropos, acosos, y demás historia típicas de la ciudad y la fauna masculina a lomos de sus patinetes.
Pura vida en Nueva York.

“Skate Kitchen” es una rodaja de la vida de las adolescentes patinadoras de Nueva York. Puro disfrute.
Las chicas hablan de sus vaginas y las formas de sus vaginas, de vivir en Nueva York, de la serie Sexo en Nueva York, del tipo rico con monóculo del Monopoly, de tampones, y regla, de fumar hierba, de irse de Nueva York y marcharse a una montaña a hacer cerámica donde nadie las encuentre.
Mola.
La ciudad cobra nueva perspectiva y sus calles tumultuosas y abigarradas, de pura mezcolanza están más vivas que nunca.
“Skate Kitchen” esta basada en las vida reales de las chicas que pueblan el Lower Manhattan, cuenta una historia con estilo cinéma verité, aunque Moselle sobre todo explora los lazos y vínculos que unen a esa comunidad de chicas, con un punto de vista muy diferente al de la película de Larry Clark. “Wassup Rockers”.
Camille, tras escaparse de casa, hablará con su compañera de piso, Janay acerca de la traición que la adolescencia representa, la decepción con su propio cuerpo que se desarrolla y el adiós a la niñez. Mientras ven acrobacias de chicos subidos a sus patinetes, dice Janay:
-Tengo la sensación que los buenos patinadores no piensan.
-Ese es el punto: no puedes pensar. Pero nosotras, las chicas, pensamos demasiado-responde Camille.
Varias imágenes se me meten en la cabeza: Camille sacando por la ventana el patinete, las adolescente recorriendo Nueva York con sus patinetes, amarrándose a autobuses, escalando vallas metálicas, patinando y asustando a las palomas que levantan el vuelo en una ansia de libertad e intensidad emocional.
“Skate Kitchen” es una película independiente, muy Sundance, (estuvo seleccionada por el festival que tiene lugar en Utah) muy disfrutona de ver, con un punto fresco, feminista, adolescente.
Tiene diálogos como:
-¿Te gustan los coños o las pollas?
-Me gustan los chicos.
O éstos:
-¿Usas tampax?
-No.
-¿Y eso?
-Pueden matarte.
¿En serio te crees eso?
La película cuenta la educación sentimental de Camille de la mano de sus amigas, mentoras.
Y luego flipo con esta charla TED de Nina Moran: “Las chicas pertenecen a la comunidad patinadora”. Ahí va. Bonus especial de este post, amigas.
¿Dónde puedes verla? En TCM.
Lo mejor: La verdad que emana. Es una peli atractiva también.
Lo peor: Nada

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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.