Air las primeras zapatillas de baile de Michael Jordan

Algunos iconos están hechos para volar como Jordan y Nike. Por cierto, qué raro se hace oir Nike pronunciado como Naikei en inglés, lo digo porque he visto “Air” en versión original. Música de los ochenta. Pintas de los ochenta. Objetos de los ochenta. Tecnología de los ochenta. Buen cine americano con energía pop y un descaro del que son especialistas los directores gringos. Agita la coctelera para contar la historia detrás de unas zapatillas que se convirtieron en un símbolo cultural del capitalismo: las Air Jordan. Ah, es viernes y me preparo para gozar.

Bueno, primera sorpresa: yo no sabía que detrás del lanzamiento de las Air Jordan había tanta historia. Como guionista, Ben Affleck sabe ficcionar, cambiar, añadir de aquí y de allá para amasar la tensión dramática. Un magnífico ejemplo del guion canónico americano de los 20 pasos.

Affleck, un actor que me deja más fría que un poloflash, y, a veces, me saca de la película en la que aparece, se convierte en un maestro para contar un relato así.

Mundo ordinario: el fracaso de Nike frente a sus competidores más directos: Converse y Adidas. A todo el mundo le gustan los chándales Adidas ¿a quién no? y por lo tanto compran también sus zapatillas, tenis como se dice en Málaga.
Nike vende sobre todo zapatillas para correr. Guay. Pero a los negros a,ericanos no les gusta correr sino jugar al baloncesto, y la división de baloncesto tirita con sus bajas cifras de venta, hasta que el visionario y creativo Sonny Vaccaro tiene una idea genial: fichar a Michael Jordan, un novato en esos años, y hacer una zapatilla partiendo del hombre.

Luego siguen las dificutades, los intentos fallidos, prueba y error, el mundo a la contra, un guion paradigmático de Ben Affleck.

Matt Damon está muy bien como Sonny, Ben Aflleck (buen director, buen guionista, pero como actor no me acaba de cuajar) está sobreactuado como jefe de Damon. Se gusta a sí mismo. Se le ven las costuras a las discusiones y peleas con Damon. Demasiada impostura. Una distancia que no tiene Matt Damon con su personaje Sonny Vaccaro. El actor se convierte en el personaje.

¿De qué va “Air”?

Narra la increíble y revolucionaria asociación entre Michael Jordan -un novato en ese momento- y la incipiente sección de baloncesto de Nike, que revolucionó el mundo del deporte y la cultura contemporánea con la marca Air Jordan. Cuenta la atrevida apuesta que definió la carrera de un equipo poco convencional, la visión implacable de una madre que conoce el valor del inmenso talento potencial de su hijo, el fenómeno del baloncesto que se convertiría en el más grande de todos los tiempos.

Air las primeras zapatillas de baile de Michael Jordan

A ver: la historia que cuenta “Air” se narra en dos líneas. Nike está de bajón, y a Sonny Vaccaro, el responsable de la sección de zapatillas de baloncesto, tiene la brillante idea, no sólo de fichar a Michael Jordan, que es un novato, sino de diseñar unos zapatillas a la medida del hombre, y no al revés.

El guion de Ben Affleck está lleno de aciertos, se convierte en el “Jerry McGuire” de nuestra década con un Matt Damon que es mejor actor y, además, me cae mucho mejor que Tom Cruise.

La película irradia una energía contagiosa que te hace divertida la experiencia de verla. Cumple la regla sagrada de Billy Wilder: sobre todo no aburrir.

Hay buenas interpretaciones salvo, ese señoro Ben Affleck, que no me mata como actor, pero, igual sólo es manía mía.

Marketing, negocios, música y un regreso a los ochenta que va desde los objetos cotidianos a los chándales de colorines y viscosa, toneladas de música con la que crecimos, y un mundo sin explorar cinematográficamente: el de las zapatillas de deporte.

Nos recuerda a las películas sobre Steve Jobs y Apple, con ese toque descarado de un visionario que cree en algo de lo que todo el mundo duda y se arriesga contra viento y marea por sacar su idea adelante, lo cual podría ser hasta un género del cine americano.

Película pop, muy entretenida, con su punto previsible, pero que nunca aburre y se le perdona porque, de un plumazo, nos devuelve a los ochenta, al tiempo de fardar, de la fiebre del jogging, del Mundial de fútbol que ganó Argentina, de los chándales Adidas, y por supuesto, para los más afortunados y ricos, de las “Air Jordan”.

Confieso que jamás tuve unas Air Jordan. No era una chica deportiva, sino más bien friqui y con la nariz siempre metida en los libros. Pero mi hijo Gonzalo sí tiene unas Jordan que si no quita para nada. Estaban de rebajas en una tienda del muelle uno de Málaga. Le costó domarlas pero ahora siempre se las pone.

Cuando le propongo otro calzado, me dice que no.

-¿Por qué?

-Son unas Jordan, mamá-me dice.

Bueno, de ese fervor por unas zapatillas y Michel Jordan va “Air”.

Con momentos de humor e ironía que salpican, gozosamente, toda la película. Como este diálogo entre Ben Affleck y Matt Damon.

-Sabes cual es tu problemas? Que tienes mucho ego. No hay que tener ego como dice el Dalai Lama.

-¿El Dalai Dama también tiene un descapotable color uva como tú?

Air las primeras zapatillas de baile de Michael Jordan

¿Dónde puedes ver “Air”? En Amazon Prime Video.

Lo mejor: Es una historia desenfadada, muy entretenida, y llena de energía como una buena canción pop.

Lo peor: Es previsible y ya sabes cómo acaba.

Air las primeras zapatillas de baile de Michael Jordan

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