
Betty Draper es un personaje desgraciado en “Mad Men”. Está atrapada, tiene todo lo que la sociedad le ha dicho que debía tener para lograr la felicidad y, pese a ello, es profundamente infeliz. Como le dice Arthur, el chico casadero con el que coincide en el picadero de caballos, en la segunda temporada, cuando Betty va a montar: “Eres insondablemente triste”. Por supuesto, ella lo niega porque revelar esa vulnerabilidad le restaría perfección e implicaría reconocer que muchas cosas van mal en su vida. Pero, arthur, su compañero de equitación da en el clavo.
Al mismo tiempo, como mujeres modernas empatizamos y, a la vez, no empatizamos con Betty Draper. Nos da pena. Bets sabe que Don es infiel y lo consiente, se aburre tantísimo descongelando neveras, y preparando cenas para su marido que éste no se come, y recogiendo a su hija Sally de clases de ballet encerrada en su campana de cristal mientras siente que el mundo la ha estafado, que la vida la ha estafado, que Don Draper la ha estafado. Pero Betty es una criatura paralizada dentro de un laberinto del que no sabe salir, y la paradoja es que todo el mundo a su alrededor cree que su vida es perfecta.
En una entrevista con Matthew Weiner, el creador de “Mad Men”, dijo que condenó a Betty Draper a ser el personaje que iba a morir porque es la única mujer que no cambia.
La maldición de Betty es su culto a la belleza y el tener como valor supremo el físico. Ha sido modelo y su madre le ha inculcado que el fin de una mujer es estar guapa y complacer a su marido. De niña fue gorda, y se acomplejó muchísimo. Su madre le sometió a serveras dietas y cuando su amiga de equitación le comenta que está harta de que su hija no coma nada, Betty responde: “Está bien que cuide su peso desde esa edad”.
En una conversación que tiene Betty con Don cuando se van a dormir: “No me puedo creer lo vieja que está (Gina Lollobrigida)”
-A todos los hombres nos gusta.
-Si me pongo así de vieja prefiero morir-dice Betty.
-Prometo congelarte las patas de gallo, Birdie-bromea Don.
Pero es evidente que Betty pese a su increíble belleza, se aburre un huevo y lleva una vida depresiva, es más, sufre ataques de ansiedad que somatiza en temblores de manos incontrolables. Una tarde, Betty lleva a los niños a casa conduciendo y sufre otra vez esa agitación incontrolable y ese agarrotamiento de las manos, pierde el contro del volante y se estrella contra la fuente del jardín de los vecinos.
No les pasa nada grave ni a ella ni a sus hijos, pero cuando el cuenta el accidente a Don:
–Hubiera sido terrible que Sally se hubiera hecho una herida en la cara, eso habría arruinado su vida.
La belleza es la joya de la corona de los valores vitales para Betty Draper aunque también la juventud y ser una chica radiante. Aunque una tarde mientras Betty y Francine, la vecina, toman café y se aburren no puede evitar mostrarse vulnerable:
-De repente, empecé a sentirme tan vieja. Mi madre siempre estaba muy preocupada por el aspecto físico y el peso.
–Mi madre era tan hermosa. Siempre decia: Estás pintando una obra de arte. Que no se noten las pinceladas. Era tan guapa. Pero ¿por qué hago todo esto? Yo no soy tan superficial-le dice Betty a Francine, con la que no puede evitar sentirse superior.
-Mientras los hombres me miren así es que me conservo bien-añade.
Francine, que cree que Betty tiene una vida perfecta casada con Don perfecto, alaba la belleza de su amiga.
-Pillé el otro día al doctor Wayne mirando mi escote-remata Betty.

Una de las múltiples infidelidades de Don Draper le sale cara al jefe de creativos de “Sterling and Cooper”: la que tiene con Bobbie Barret, la mujer y representante de Jimmy Barret, un cómico que protagoniza el anuncio de patatas Utz. Jimmy se lo cuenta a Betty, que se queda hecha polvo. No dice nada. Porque las reacciones en los personajes “Mad Men” no son inmediatas como también pasa en la vida, (sucede igual cuando Campbell chantajea a Don con revelar su oscuro pasado si no le asciende a director de cuentas) sino que hay un proceso de toma de decisiones, unos detonantes, y mientras tanto Betty tiene que preparar una cena con comida internacional (genial, gazapacho andaluz de primero) y otros platos exóticos. Para beber Betty escoge champám frances y cerveza Heinecken sin saber que su marido la está utilizando como experimento real de que las mujeres con su perfil “educadads, adineradas y con mucho tiempo para comprar” de las urbanizaciones, donde no hay bares ni cafeterías, compran Heinecken porque “Holanda suena igual que París”.
Sin decirle nada a Betty, Don cena con gente del trabajo(Steerling, Duck Phillips, Crab Colson y sus señoras) y, al sacar Betty las Heineckens, todos se ríen aunque ella se siente avergonzada, desplaazada porque no entiende la broma. Don sólo levanta los brazos abiertos al cielo como diciendo: qué voy a hacer si soy un crack.
Cuando Betty y Carla, la criada negra, están recogiendo y lavando los platos de la cena, mientras Don está repantingado en el sofá viendo la tele, Betty le dice a Carla que lo deje, que ya recogerá ella mañana y que se puede marchar aa casa. Por el tono de voz de Betts, ya intuyo que se avecina una buena bronca marital.
Aquí hay una secuencia para estudiar sobre cómo el conflicto se presenta progresivamente y está basado en el subtexto. Por supuesto, conocemos la faceta falsa y mentirosa de Don Draper, y el hecho de que él conozca mejor a su mujer que ella a él.
Las cosas van de menos a más. Aquí hay un subtexto muy claro: tú me has engaañado con esa tía Barret, pero te digo que me has humillado al no contarme que sabías que iba a comprar Heinecken ni que estabas haciendo un experimento publicitario con tu propia mujer.
Betty apaga la tele que esta viendo Don. Se planta delante de él más cabreada que una mona.
-Me has avergonzado.
-¿De que hablas?
-Me has avergonzado.
-¿Qué he hecho?
-Sabías que iba a comprar esa cerveza.
-¿Y que?
-Porque me conoces tan bien. Lo sabes todo sobre mí
-Bets, siempre utilizo mi vida en el trabajo. Me pagan por eso.
-Te has reído. Todos se han reído. Es muy divertido reirse de otra.
-Venga, lo estás interepretando mal.
-Me has avengonzado.
-Lo siento. No tenía mala intención. No lo he pensado.
-Tú nunca tienes mala intención. Nunca piensas. Siempre haces lo que te da la gana.
Pero luego el conflicto evoluciona a Betty gritando a Don que Bobbi Barret es tan vieja, ¿Cómo puede estar Don con ella? Porque ella le conoce a él: no puede evitarlo. Jimmy Barret se lo ha contado.
-Jimmy Barret me odia-dice Don.
En todo momento, Don Draper actúa como Tony Soprano en sus enfrentamientos con Carmela: negar la mayor aunque la mayor sea tan obvia.

¿Dónde puedes ver “Mad Men? En Amazon Prime Video.
Lo mejor: Es una obra maestra. No es sólo una serie.
Lo peor: Que haya acabado y no se escriban más temporadas.

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Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.