Edelweiss la doble personalidad del príncipe de otro planeta

Eddie era una persona fantasiosa, con gran poder de convicción y seducción. En 1971 creó la secta “Edelweiss” que destrozó la vida de cientos de niños. Les hizo creer que era un príncipe venido de otro planeta y abusó sexualmente de ellos.

-¿Crees en el más allá? ¿Crees en la vida fuera del planeta Tierra?-le pregunta un chico a Fran mientras éste juega a los marcianitos.

En 1982, el grupo de chicos hacían acampadas en Guadarrama comandados por Eddie.

-Pensabas que era un elegido realmente.

-Pensaba: joder somos la leche.

-Había un príncipe que tenía el poder sobre todo y sobre todos.

-Eddie era el mesías que nos venía a salvar.

-Destruyó la vida de muchos niños.

-Estábamos en una secta muy destructiva.

Eddie les cuenta a los niños que va a haber una guerra nuclear que acabará con el mundo pero ellos se van a salva porque se irán a otro planeta, Nazar, donde el líder era un príncipe.

Tremendo.

D., un amigo mío, conoció a Eddie. Dice de él que era un superdotado, una persona con carisma, pero que utilizó su inteligencia para el mal.

Les contó a los niños que él estaba en contacto con seres de otro planeta y algún día los llevaría a Nazar, así se llamaba el nuevo mundo.

En los años 50 y 60, el mito de los alienígenas que nos visitaban o a los que íbamos a ver era una vía de escapa de España gris en blanco y negro, en la que la realidad era mediocre y limitada.

También estaba presente la posible guerra nuclear de la Guerra Fría y el fin del mundo.

Los niños captados por Eddie han perdido a sus padres y se sienten huérfanos, abandonados, frágiles en su vulnerabilidad. Buscaban el afecto del que carecían.

Además, los acólitos tenían que ser niños no mayores de 13 años. Eddie era quien decidía el que entraba y el que no.

-Eddie manejaba la mente de la gente como quería. Daba mucha confianza.

-Encontré en Eddie a la figura paterna que suplía a mi padre.

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-A los niños se les exigen pruebas de lealtad, ponerse en riesgo para demostrar su fidelidad a la organización.

Eddie era el príncipe Alai que elegía a sus guardias de hierro para que lo protegieran. Todos los niños querían ser guardias de hierro.

Eddie era dios. Carlos de los Ríos era su lugarteniente. Abajo estaban los guardias de hierro y en la base de la pirámide, los niños captados, de los que abusaba el líder de “Edelweiss”.

-Eddie parecía que era de otro planeta por cómo hablaba, cómo organizaba.

Era una organizacón filonazi. Los chavales van vestidos como las juventudes hitlerianas. Eddie captaba a los chicos guapos y de buena familia. Se buscaba a una raza blanca y superior.

Son niños de 11, 12 años cuya identidad y capacidad racional no están formada, niños que se encuentran en un malestar familiar, en una soledad, en una incomprensión por parte de los suyos.

Eddie les preparaba fisica y mentalmente para viajar en Nazar, el planeta prometido. A través de la meditación, les hacía creer a los niños que hacían viajes astrales.

Una engañifa muy bien montada.

Les sometía a pruebas de poder mental:

-Clavarse una aguja y no sentir daño.

Recuerdo que yo estaba en Málaga a mediados de los años 80 cuando estalló el escándalo de la secta “Edelweiss” y los abusos sexuales a los niños. Lo comentñe con Mónica, mi mejor amiga, y nos quedamos en shock.

En aquel entonces, con 14 años, Edelweiss era la blanca flor de los Alpes a la que dedicaba el señor Von Trapp una canción en la película “Sonrisas y lágrimas” que había visto ya diez veces y me chiflaba.

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Sentía que tenía poder, que era diferente a los demás, que tenía un futuro más prometedor que el de mis compañeros.

-Eddie era el líder, el dios, el alienígena.

-Por supuesto que había un pacto de silencio. Te tenías que comprometer a no decir nada.

Se pena la desafección y la disidencia, se pena el distanciamiento y la rebeldía. Se premia la lealtad.

El miedo juega un gran papel. Los niños se espiaban unos a otros en plan Gestapo e informaban a Eddie.

Eddie escoge a varios niños y los viola.

¿Dónde puedes ver “Edelweiss”? En RTVE PLAY. Es gratis.

Lo mejor: La recreación de las acampadas, la verosimilitud del relato.

Lo peor: A veces, se repite demasiado.

¿Con quién verla?: Con hijos y con sobrinos.

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