
En “Los gozos y las sombras”, Inés le dice a su hermana Clara que tiene miedo de ir sola al monasterio. Inés planea meterse a monja y está reuniendo su dote.
-Las demás ya no van. Como la boticaria se ha puesto enferma.
-Pues el fraile se va a quedar sin clientes.
Inés mira a Clara, torva.
-Tengo que ir. ¿Por qué no vienes conmigo?
Es la primera vez que Inés le pide un favor a Clara.
-¿Al monasterio? ¿Y la casa? ¿Quién la hace?
-Volveremos temprano.
-Supon que a Juan le da por madrugar. Y a mamá, que hay que lavarla.
-Te lo ruego. Yo le diré a Juan que espere.
Inés insiste a su hermana.
-Tengo que ir. ¿No lo comprendes? Yo no puedo faltar ni un solo día. Sería terrible.
Al final Clara cede.

Inés ha idealizado al padre Osorio y está platónicamente enamorada de él. Cuando se entera de que el padre Osorio se ha ido del monasterio y nadie sabe dónde está, ella cae en un abismo de desesperación.
-Tranquilízate mujer. Habra ido a predicar a alguna aldea-dice Clara.
-Al padre Osorio no le entienden a las aldeas.
Inés se desazona y se queda hecha polvo.
Pero fray Eugenio les dice que el padre Osorio se ha ido y que no volverá nunca.
Inés se queda devastada.
-Padre, mi hermana quiere ser monja. El padre era su director espiritual. Es natural que se sienta abandonada-dice Clara.
-Al padre Osorio le estaba negada cualquier dirección espiritual ni áun en el caso de su hermana.
La caída de Inés
Es la caída de Inés Aldán. Se abisma en una desesperación desgarrada.
-El padre Osorio buscó ayuda en Carlos Deza. Pasó la noche en su pazo-les confiesa las dos hermanas fray Eugenio.
-¿Tienen luz electrica?-me pregunta mamá.
-No, mamá. Son quinqués de carburo.
-Yo eso lo he conocido.
Mamá y yo seguimos viendo la serie, absorbidas.
Nos ensimismamos en un fantástico momento cocinillas de Clara y Carlos desayunando al lado de una hoguera muy viva. Comen pan con mantequilla y beben café con leche. La felicidad está al alcance de la mano.
Carlos informa a Clara que el padre Osorio se ha ido a Madrid y ha colgado los hábitos definitivamente.
Clara le confiesa a Carlos que creía que Inés era la única de ellos que no tenía tentaciones, pero se esquivocaba. Cuando le dijeron que el padre Osorio se había marchado, su hermana echaba fuego por los ojos.
-Si el amor es tener un mal pensamiento, ella no está enamorada. Pero si el amor es la necesidad de otra persona para seguir viviendo…
-¿Eso es el amor para ti?
-Yo no cuento, Carlos. Yo estoy hecha de otra madera. Pero, por lo visto, la carcoma no distingue.
En el pazo de Carlos, Clara se ve a solas en una habitación lujosa, dominada por una cama noble, cuadros y muebles buenos, y siente la embriaguez de la metamórfosis lejos del barro de su miseria, como si renaciera dentro de ella otra mujer.
Por su parte, Inés se marcha en busca del padre Osorio que se encuentra en una pensión en Madrid.
-Me da mucha pena que te vayas, Inés.
-No hables de eso.
-A lo mejor, no vuelvo a verte.
Clara le prepara el desayuno a Inés en el fuego de la hoguera como última ofrenda a su hermana.

Inés y Clara se despiden en el autobús. Inés se echa a llorar.
-Bueno, adiós Clara.
-Dame un beso, Inés.
Inés encuentra al padre Osorio en Madrid y le pide que vuelva a monasterio, este se niega.
-Si no quiere que nos salvemos juntos, perdámonos juntos.
Sin embargo fray Osorio rechaza a Inés.
–Tenemos la negra-dice Clara cuando se entera por una carta que le lee Carlos en su pazo.
-¿Dónde ver Los gozos y las sombras?: En RTVE PLAY.
Lo mejor: Retrata, magistralmente, la tragedia atávica y la predestinación que sufren algunas personas en los pueblos.
Lo peor: El destino de las mujeres es muy triste.
¿Con quién verla?: Con quien te apetezca.

Tienes algunas de mis novelas en Wattpad.

Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro “Cómo crear una serie de televisión” (Ediciones T&B) y “El verdadero tercer hombre” (Ediciones del Viento) “Los crímenes de Atapuerca” (Caligrama)
Periodista de RTVE.