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El guion de Robert McKee. III Parte. Estudiamos juntos

Robert McKee: «El cine como arte no está en peligro, pero como medio sí, se acabó lo de sentarse en una sala»

Bueno, chicas, seguimos estudiando juntas «El guion» de Robert McKee. En este post, seguimos hablando de la estructura, en concreto de los actos.

Los guiones de cine se dividen en actos. Un acto es una serie de secuencias que alcanza su punto más importante en una gran escena de clímax que provoca un gran cambio de valor, más poderoso en su impacto que cualquier escena o secuencia anterior.

El cine como arte no está en peligro

La mayor estructura es la historia, constituida por una serie de actos. Si analizamos la situación de la vida del personaje al principio y al final, encontramos el arco de la historia, un gran abanico de cambios, que al final es completo e irreversible.

Nicolas Cage y McKee en la película hablando del atasco creativo que sufre el protagonista.
McKee ha enseñado a muchos guionistas a ser conscientes del oficio. Luego toca practicarlo. Porque el arte está en la práctica.

Se puede cambiar el clímax de un acto, puede morir un personaje como ocurre en el clímax narrativo de E.T. y después volver a la vida, como sucede en los hospitales cuando una persona sufre un paro cardiaco, si tiene suerte.

McKee habla del clímax narrativo: una narración está formada por una serie de actos que se desarrollan hasta alcanzar un clímax en el último acto, o un clímax completo que conlleva un cambio completo e irreversible.

Los guiones no son productos accidentales. Hay que darles vida pero no de forma mecánica sino escribiendo lo que nos afecta y lo que hemos aprendido del mundo.

Crear una trama significa navegar por la peligrosas aguas de un relato, y enfrentarnos a una docena de direcciones diferentes para elegir la ruta correcta. La trama es la elección que hace el guionista de los acontecimientos y del diseño temporal que los enmarca.

Para los críticos, El precio de la felicidad no tenía trama, pero sí la tenía, nos dice Robert McKee, lo que sucede es que es la más complicada que existe porque pasa dentro de la mente del protagonista.

En esas historias, los personajes cambian su actitud ante la vida y hacia si mismos.

Lo que sucede es que para el novelista es fácil hacerlo porque utiliza la primera o tercera persona e invade directamente el pensamiento y los sentimientos del personaje para dramatizar totalmente el relato dentro del paisaje de la vida interior del protagonista.

Sin embargo para el guionista esta narración es la más frágil y difícil.

Como dijo John Carpenter: «Las películas deben convertir las cosas mentales en físicas.»

Nos vemos el propio sábado en nuestro blog en esta sección de «Estudiamos juntos» . Te agradezco que si te ha gustado el contenido compartas la entrada o me sigas.

El Robert McKee de ficción en El ladrón de orquídeas. «Sobre todo no la cagues con el final.»

El cine como arte no está en peligro.

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Estudiamos juntos El guion de Robert McKee

Empiezo la nueva sección del blog «Estudiamos juntos» con El guion de Robert McKee, un clásico de la teoría y práctica de escribir guiones de cine.

Robert McKee, el gurú de los guionistas.

McKee es el gurú del guion, sólo a la altura de Syd Field, es un analista y lector de guiones, sale incluso en una película: El ladrón de orquidias, donde un atribulado y angustiado y bloqueado guionista, interpretado por Nicholas Cage acude a una de sus master class para ver si consigue ayuda del gurú, no le funciona mucho, pero más tarde Nicholas se encuentra a McKee, al verdadero McKee, en un bar tomándose una copa y le pide ayuda de rodillas, le ruega casi llorando que le ayude en su guion, a esas alturas el pobre Nicholas tiene una pájara depresiva que te cagas, no todo el monte es orgasmo a la hora de escribir guiones, y McKee dice que se fije en su vida, ¿qué le ha emocionado de la vida?, ¿qué ha aprendido de la vida? y finalmente, le da un consejo: sobre todo no jodas el final, los espectadores te perdonan muchas cosas, pero no que jodas el final.

Escribe un buen final, Nicholas, y fíjate en tu vida.

Bueno, vamos allá. Sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones. Dios al aparato. McKee cita a Kenneth Burke al comienzo de su libro: «Las historias nos aprovisionan para la vida».

Y empieza contando algo obvio pero, muchas veces, cuando escribimos guiones, se nos olvida: se trata de contar una historia.

Dios mío, qué mal lo pasa Nicholas Cage adaptando el guion ese puñetero libro El ladrón de orquídeas. Qué angustia.

McKee se enrolla mucho diciendo que el arte de contar historias está en franca decadencia, pero que paradójicamente el apetito de historias que tiene la humanidad es insaciable . Y eso que el zorro del guion escribió su mamotreto antes de la proliferación de las plataformas digitales que sino se caga. La verdad es que sí, la principal forma de ocio es ver pelis y series.

El viejo zorro cita a Jean Anouilh: la ficción da forma a la vida.

Para McKee, al espectador hay que «ofrecerle un modelo nuevo de vida cargado de significado afectivo»

Shine, una de las películas que pone de ejemplo, Robert McKee.

Bueno, os estoy ahorrando una pasta por una master class de McKee que seguro que de dos cientos bonis no baja. No sé si os habéis dado cuenta.

Seguimos. Os ahorro un montón de palabrería más de McKee para decir que hay que aprender el oficio de guionistas.

Lo cierto es que el guion tiene unos pasos, quince pasos, que son los pasos del viaje del héroe, hay un libro fundamental que se llama El viaje del escritor, que ya estudiaremos también en este blog. Pero calma.

Sigamos con McKee: «Las historias extraen su fuerza de los grandes músculos del deseo, de la fuerza del antagonismo, de los puntos de inflexión (o giro), de la columna vertebral, de la progresión, de la crisis, del clímax. La historia tiene que ser vista desde el interior».

El precio de la felicidad, una de las queridas criaturas de McKee.

¿Y cuáles son los grandes agujeros negros de los guiones? Atención. Está escribiendo un hombre que ha leído para United Artis, la cadena NBC, y muchos más estudios, cientos y cientos de guiones.

Pues bien, los guiones fallan por:

  1. Falta de progresión narrativa.
  2. Falsa motivación.
  3. Personajes redundantes.
  4. Subtexto vacío.
  5. Agujeros narrativos.
Forrest Gump, otra querida criatura de McKee.

No paniquemos. A mí me ha pasado todo eso cuando he escrito guiones. Así que tranquis. Sin miedos.

Según McKee, el 75 % de la tarea de un guionista consiste en diseñar bien la historia. Cágate lorito.

¿Y cómo se hace eso?

El gurú del guion afirma que un guionista tiene que responder a las siguientes preguntas. Apretad los cinturones. curvas:

  1. ¿Quiénes son esos personajes?
  2. ¿Qué quieren?
  3. ¿Qué hacen para conseguirlo?
  4. ¿Qué les detiene?
  5. ¿Cuáles son las consecuencias?

Para escribir un guión también necesitas imaginación y pensamiento analítico, un talento sin el otro te dejará más cojo que al pobre Forrest Gump niño, a la hora de poner punto final a tu historia.

Para escribir un guion ama tu historia. ¿Amas tu historia? ¿De verdad, de verdad de la buena?

Seguimos. El objetivo del guionista es atrapar la forma narrativa. Para ello debe alternar dos acciones: entrar en su mundo de imaginación, oír a los personajes hablar y actuar en su cabeza, escribir, parar y leer lo que ha escrito y preguntarse: ¿Funciona?

Qué divertido. Diversión hasta morir.

Y vuelta a empezar.

A continuación, McKee dice que un guion es una metáfora de la vida. Al final del tercer acto estás diciendo: la vida es así. También insiste mucho en que hay sacarle partido a las cosas más diminutas que cuentes. ¿Contabas de niña en el cole a tus amiguitas las pelis que habías visto durante el finde? Pues hay que volver a ser niña. Sí, no queda más remedio. Mientras escribas serás una niña. Ya llegará la adulta, cuando leas.

Pasamos a la parte 2. El abanico de las historias.

El guionista busca acontecimientos. Ojo, aviso a navegantes, acontecimiento significa cambio.

¿Qué es la estructura de un guion?

«La estructura es una selección de acontecimientos extraídos de las narraciones de las vidas de los personajes, que se componen para crear una secuencia estratégica que produzca emociones específicas y expresen una visión concreta del mundo».

¿Mande? Seguimos estudiando a McKee en el próximo post.

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Acuérdate de que no pagas la master class de McKee. ja, ja, ja.

Mañana más y mejor amigas y amigos.

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Estudiamos juntos El guion de Robert McKee

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Nuria Verde

Nací en Madrid, en 1971. Soy licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense. Trabajo como periodista en Televisión Española. También he trabajado como guionista en diferentes series de televisión (Cuatro, Canal +, Telecinco). Asimismo, soy autora del libro Cómo crear una serie de televisión (T&B Editores, 2007) y de la novela El verdadero tercer hombre (Ediciones del Viento).

En 2010 dirigí un corto, Terapia, que fue nominado a los Premios Goya.

Estudiamos juntos. El guion de Robert McKee. Parte IV

El bestseller del gurú de los guionistas de cine: Robert McKee.

Como cada fin de semana seguimos estudiando juntos la teoría del guion y el libro de Robert McKee, «El guion». Robert es el gurú de los guionistas de cine.

El autor continúa hablando de la Arquitrama, Minitrama y Antitrama. Antes nos explica lo que es el diseño clásico, que implica una historia construida alrededor de un protagonista activo que lucha principalmente contra fuerzas externas antagonistas en la persecución de su deseo, a través de un tiempo continuo, dentro de una realidad ficticia coherente y causalmente relacionada, hasta un final cerrado de cambio absoluto e irreversible.

McKee pone ese diseño clásico como marco de la Arquitrama.

McKee fue guionista de míticas series como Colombo y Kojak.

En Europa se cree que el artista

tiene un don pero eso es una tontería.

Robert McKee

McKee odia la palabra gurú. «La historia es el corazón de las artes. Se puede aprender a ser un buen guionista porque no todo depende de las musas.»

Sin embargo hay otro diseño que es el minimalista al que le corresponde el marco de la minitrama, no significa que no haya trama sino que el final es abierto, el conflicto es interno, hay protagonistas múltiples y un protagonista pasivo.

En la tercera modalidad, nos encontramos con la Antiestructura, con la que se corresponde la Antitrama: casualidad, tiempo no lineal, y realidades incoherentes.

La Antitrama es la contrapartida cinematográfica de la antinovela, o Noveau Roman, o teatro del absurdo.

McKee insiste en que la Arquitrama es la carne, las patatas, la pasta, el arroz y el cuscús del cine mundial.

Ejemplos de Arquitrama

El autor pone varios ejemplos de películas que han aplicado la Arquitrama:

La fiera de mi niña es una de las películas que pone de ejemplo Robert McKee.

The Great Train Robbery (Estados Unidos, 1924); El acorazado Potemkin (Unión Soviética, 1925); La gran ilusión (Francia, 1937); La fiera de mi niña (Estados Unidos, 1938); Ciudadano Kane (1941); Breve encuentro (Reino Unido, 1945); Los siete samurais (Japón 1954); Marty (Estados Unidos, 1955); El séptimo sello (Suecia, 1957); Thelma y Louise (Estados Unidos, 1991); Shine (Australia 1996) son algunos ejemplos de la increíble variedad de historias que han aplicado la Arquitrama.

Los siete samurais es una de las películas más influyentes de toda la historia del cine. Desde Sergio Leone a Peter Jackson ha influido estéticamente en muchos directores.

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El guion de Robert McKee. Estudiamos juntos 2

Bueno seguimos estudiando al gurú McKee. Atención que en este post viene algo que me ha ayudado muchísimo a la hora de escribir guiones. Seguid leyendo y os lo enseñaré a todos los que amáis escribir.

Nos quedamos en el acontecimiento narrativo. Un acontecimiento narrativo crea un cambio en la situación de vida de un personaje, tiene significado y se expresa y experimenta en términos de valor.

McKee ha trabajado para la productora United Artis. Para el profesor, el guionista es el creador más importante de una película.

Los valores narrativos son las cualidades universales de la experiencia que pueden cambiar de positivo a negativo. Por ejemplo: vivo/muerto, amor/odio, Libertad/exclavitud, verdad/mentira,esperanza/desesperación, bueno/malo.

Los acontecimientos narrativos producen cambios cargados de significado en la situación de vida, y se expresan el términos de valor y se alcanzan a través del conflicto.

Ojo al dato, los acontecimientos narrativos no pueden ser accidentales porque si los son nos cargamos la progresión narrativa.

McKee pone de ejemplo «El farsante» de Richard Nash.

En un mundo de sequía, llega un hombre que cree ser «un hacedor de lluvia». Tiene un conflicto tremendo entre su deseo de que puede traer la lluvia y su miedo a estar loco.

El protagonista se enamora de una mujer que, al principio, cree en él pero luego se aleja, creyéndole un charlatán.

El personaje tiene un conflicto con la sociedad. Unos le siguen como si fuera el Mesías, otros le apedrean en el pueblo.

Si ese hombre es capaz de luchar contra todos sus conflictos internos y personales y externos y lograr una descomunal tormenta, tendría un significado sublime porque tendríamos un cambio motivado a través del conflicto.

Una película tiene entre cuarenta y sesenta acontecimientos narrativos o secuencias. Una secuencia es una acción que se produce a través de un conflicto en un tiempo y un espacio continuos que cambia por lo menos uno de los valores de la vida del personaje de un forma importante.

En una situación ideal cada escena o secuencia se convierte en un acontecimiento narrativo.

¡Ojo al dato! Importante

Una secuencia empieza con signo positivo, respecto a un valor que determinemos: el amor, la dignidad, la verdad, y nos fijamos al final de la secuencia para descubrir que acaba en positivo. ¿Por qué la mantengo esa secuencia en mi guion? A cortar con la podadora. No pasa nada importante.

Cambiar de signo

Por ejemplo, en la serie «The Crown» sobre la familia real de los Windsor. Felipe entra muy contento para hablar con Elizabeth, su mujer. Sabemos que como matrimonio ya han acordado que no cambiarían el apellido Mountbatten a a sus hijos. Pero Churchill ha hablado con la reina y le ha dicho que tener un apellido alemán no es lo que más conviene.

La secuencia empieza en signo positivo respecto al orgullo de Felipe pero sin embargo acaba con signo negativo para el personaje porque sus hijos no llevarán su apellido sino el de Los Windsor.

El conflicto con su mujer ha cambiado al personaje.

Por el contrario las secuencias que no cambian de signo, de polo, suelen ser secuencias explicativas.

Las némesis de McKee.

No se permiten escenas que no produzcan un cambio de signo, de positivo a negativo o de negativo a positivo.

El próximo sábado más estudiamos juntos. Os espero. No os olvidéis de seguir el blog.

Muack.

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