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Málaga 82. La chica de rosa

Sinopsis

Málaga 82Sara Rojas es una adolescente que no tiene amigos. La novela relata la historia de Sara y Margarita, alumnas de BUP en la “insignificante” ciudad de Málaga hace cuatro décadas. Margarita es extrovertida, popular y ha estado con innumerables chicos, pero encuentra su vida exasperantemente aburrida. Sara, por el contrario, es tímida y no ha conseguido tener ninguna relación desde que se mudó con su familia a Málaga hace un año. Málaga 82. La chica de rosa

Capítulo 14

Tenía razones para estar depre. Mi cumpleaños de los catorce años había sido un rotundo fracaso. Hice las invitaciones para ir al Rolling tal y como mi madre quería aunque yo no (cada vez odiaba más a mi madre) Di una única invitación a Mónica, mi única amiga, algo es algo, quien no se consuela es porque no quiere. Era una cuartilla blanca en la que relucían unos patines gigantes que yo misma había dibujado, calcándolos de una fotografía del Superpop.

Mónica -que también era de Madrid, a su padre lo habían trasladado a Málaga en su trabajo en el banco Hispanoamericano- y yo nos encontrábamos, en un pasillo que olía a sudor y a calcetines sucios del colegio León XIII, rodeadas por el guirigay y la algarabía de adolescentes que se empujaban, charlaban y reían.

-Es el próximo sábado. ¿Quieres venir, Mónica?-le dije mientras alargaba la mano dándole la ingenua y casera invitación.

-¿Dónde es? ¿En tu casa?

No, en el Rolling-dije con secreto orgullo burbujeando en mis venas. No todo el podía podía permitirse celebrar su cumpleaños, el local de patinaje donde luego tomaría el relevo Bobby Logan, la mística discoteca de Pedregalejo de los años 80. Cerrará sus puertas en abril de 1992 dando el aldabonazo a nuestra juventud.

-El Rolling. Mola…

-Ya te digo-digo haciéndome grande con una amplia sonrisa que me da alas.

¿Quién viene?

-Todavía no lo sé seguro.

Puta cobarde. Nadie más. Eres mi única amiga. Me encantaría invitar a Margarita, que viniera con nosotras, pero no tengo valor para pedírselo.

-Perita. Se lo diré a mi madre. A las once tengo que estar en casa.

-Y yo.

-Somos unas pringás. Y este colegio es la mierda más grande del mundo.

-Oyes, ¿has visto La chica de rosa?

-No, la tienen en el Franju?

El Franju era un videoclub mítico situado en la calle Maestranza, muy cerca de la Plaza de Toros. Lo dirigía con mano de hierro un tal Edi, que nos cortaba las alitas a Mónica y a mí cuando queríamos elegir una historia especialmente morbosa y picante, y nos recomendaba otra opción mucho más sosangas y menos apetecible.

A veces no hacíamos caso a Edi y él nos ponía careto mientras nosotras alquilábamos nuestras cintas VHS picantes y morbosas. 

De repente, María Ángeles, sádica y fría, compacta y de ojos porcinos, -a la que siempre le había gustado torturarme a la hora de comer- apareció corriendo detrás de Mónica y le quitó la invitación.

-Oh, estoy invitada a tu cumpleaños, qué honor-puso voz de falsete gritando mucho, la muy puta.

-¡Dámela, manguta!

-En el Rolling, qué pasada, ¿hay copa incluida? Seguro que sí, a ti te sale el dinero por las orejas, Dumbo.

Vale yo tenía orejas asoplilladas, herencia paterna.

-Que me la des, es mía-dijo Mónica encarándose con María Ángeles y dando saltitos para recuperar su invitación a mi cumpleaños. Pero la genética le había jugado una mala pasada a Mónica, porque María Ángeles, la muy puta, le sacaba dos cabeza y con el brazo bien en alto, a mi amiga le iba a ser muy complicado que la jugada le saliera bien.

-Gracias por invitarme, Sara. Eres muy buena amiga.

-Déjame en paz.

-¿Yo? Pero si yo no estoy haciendo nada. Sólo dándote las gracias. De repente, María Ángeles se volvió a Mónica y le soltó:

-Y tú estate quieta, pelo de coño.

Me di cuenta de que a Mónica le ardía la cara de rabia. Lo que más odiaba en la vida era que le llamasen «pelo de coño», sólo porque tenía el pelo electrificado y de una textura rara, sí, como pelo de coño ciertamente, pero eso no lo podías decir, era como echar ácido sulfúrico a su ego.

Vi que Mónica fruncía el entrecejo, y entrecerraba los ojos. Eaa muy atlética y muy buena jugadora de balonmano. Pequeña pero fuerte. Corrió hacia María Ángeles, y la derribo embistiéndola en el estómago.

María Ángeles cayó al suelo del pasillo con una cómica cara de sorpresa. Eso no se lo esperaba.

-Gilipollas.

-Puta.

Se pelearon y se revolvieron en el suelo. Mónica la cogió de su larga melena castaña teñida de rubió y tiró de ella.

-Aggggghhhhh-gritó de dolor María Ángeles.

Los chicos se arremolinaron en torno a las dos contrincantes de lucha libre, y gritaron lo de siempre.

-¡Tortilla! ¡A la rica tortilla!

Mi vida era una mierda. Cada vez me sentía peor, como si un cuchillo me sajara el corazón.  

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Málaga 82 la chica de rosa

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Nuria Verde

Nací en Madrid, en 1971. Soy licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense. Trabajo como periodista en Televisión Española. También he trabajado como guionista en diferentes series de televisión (Cuatro, Canal +, Telecinco). Asimismo, soy autora del libro Cómo crear una serie de televisión (T&B Editores, 2007) y de la novela El verdadero tercer hombre (Ediciones del Viento).

En 2010 dirigí un corto, Terapia, que fue nominado a los Premios Goya.