Sinopsis
Málaga 82. Sara Rojas es una adolescente que no tiene amigos. La novela relata la historia de Sara y Margarita, alumnas de BUP en la “insignificante” ciudad de Málaga hace cuatro décadas. Margarita es extrovertida, popular y ha estado con innumerables chicos, pero encuentra su vida exasperantemente aburrida. Sara, por el contrario, es tímida y no ha conseguido tener ninguna relación desde que se mudó con su familia a Málaga hace un año.
Capítulo 61
Tenemos un plan de escapada. La vida es increíble porque ambas tenemos un plan de ir de excursión, un plan de evasión de la realidad, un plan de apagar el ruido del mundo.
Me sentía infeliz en el colegio hasta que dejó de importarme. Me sentía una desgraciada en el colegio hasta que me bastó con mi propia compañía.
Simpre buscaba tener amigas hasta que conocí a Margarita.
Dos horas antes, ella apareció subida a lomos de su moto, con su pelo pelirrojo, largo y rizado. Me dio un vuelco el corazón. ¡Menuda pinta chula tiene!
-¿Qué haces, niña?¿Esperas al alguien?
-Sí. A ti.
-¡Planazo!-dice Margarita, subiendo los brazos en dirección al cielo.
-Estás loca.
-Sí, por ti.
Me embarga una inmensa alegría. Tengo ganas de saltar. Tengo ganas de reir. Tengo ganas de correr. Tengo ganas de gritar de pura euforia.
Margarita ha cargado la moto con una pequeña tienda de campaña, dos sacos de dormir y una mochilas con bebidas y comida.
-Perita.
Nos acercamos y nos damos un piquito. Me estremezco con una sensación de reconfortante ternura hacia ella.
-¿Qué le has dicho a tus padres?-me pregunta.
-Que me iba a pasar el finde a casa de mi amiga Mónica.
-Como los tienes de engañaos.
-No sabes tú bien
Me subo detrás de ella. Le agarro la cintura. Margarita arranca la moto.
Frente al mar, Margarita sale de la carretera nacional. Al rato, se desvía hacia un carretera comarcal. Destino: Maro.
En Maro, una ración de paraíso congelada en el tiempo que está en dirección a Almería, hay pinsapares protegidos, una cala maravillosa, el Mediterráneo, el cielo, un dulce día de junio.
Margarita y yo corremos por la arena, nos bañamos, nos tumbamos a tomar el sol, andamos por el bosque, fumamos cigarrillos, bebemos cerveza, nos tomamos unos deliciosos bocadillos de filete empanado y huevos duros con sal. Nos abrazamos sobre las toallas y nos besamos olvidándonos del tiempo y el espacio.
Media hora más tarde, Margarita se enfada conmigo porque le digo que quiero escribir por las tardes la semana que viene. Me asusto como una niña. La ira me hace sentir pequeña.
-Ya no quieres estar conmigo-dice.
-Claro que sí-le respondo.
-Pero no nos vemos.
-Tengo que escribir.
-¿Todas las tardes? No nos veremos.
La necesidad de acabar de escribir mi novela se hace punzante. De repente, mi manuscrito es lo más importante, lo cual me hace sentir fatal.
-Es importa para mí. Si no no acabaré mi novela.
Que egoísta y mezquina me parece oirme decir mi novela con esa voz aguda.
-Vale. Pues lo dejamos.
Un punzón de hielo me atraviesa el corazón. No respiro.
-¿Estas de coña?
-Tú qué crees.
-No me puedes tratar así.
-No quiero estar todas las tardes sola.
-¿Todas las tardes?
-Sí.
-Pero es muy loco.
-Si no me haces caso lo dejamos.
Una desazón brutal bulle en mi pecho. No respiro. La ansiedad me late en la base de la garganta.
Nuria con su hijo.
Tienes algunas de mis novelas en Wattpad.
Escritora. Autora junto con Gonzalo Toledano del libro «Cómo crear una serie de televisión» (Ediciones T&B) y «El verdadero tercer hombre» (Ediciones del Viento) «Los crímenes de Atapuerca» (Caligrama)
Periodista de RTVE.